viernes, 30 de abril de 2010

Tradición electoral en el limbo… (8 de abril de 2010)

Tradición electoral en el limbo…


Juan Carlos Ramón Rueda

Publicado en el Diario del Huila el 8 de abril de 2010.

En septiembre de 1809, hace 200 años, se cerró quizá la última jornada electoral de la época colonial en nuestro territorio. En las capitales de provincia del Virreinato se realizaron elecciones primarias para elegir un solo diputado ante la Junta Suprema Central de Sevilla, España. El proceso electoral era bendecido por los Obispos en las iglesias de las capitales de las provincias antes de cada jornada y poco a poco se fue seleccionando, de varios candidatos, los que tuvieran mejor opción. Finalmente el 16 de septiembre se eligió por la provincia de Cartagena el Mariscal de Campo Antonio Narváez y Latorre. Nunca tomó posesión de su cargo. Por esos tiempos la monarquía llegaba a su fin y precisamente se inició la instauración de los nuevos sistemas democráticos. Como anécdota, un mensaje de Napoleón a los Realistas, instó a muchos a perder el miedo a la Corona Española y su régimen Monárquico a cambio de cerrar el paso al comercio con su archí enemigo Inglaterra. Una especia de “embargo comercial” moderno a cambio de su apoyo moral.

Quizá la historia moderna no haya dado mucha importancia a esta y a las elecciones que le sucedieron en el periodo de la Pre Independencia y el de la Gran Colombia, pero a partir de aquellas experiencias se establecieron las prácticas que determinaron el “sistema electoral indirecto” que determinó la Constitución del Estado de la Nueva Granada en 1832. Sufragaban los hombres mayores de 21 años, o los menores siempre y cuando fuesen casados. Ahí no podía votar quien tuviese la condición de sirviente, empleado domestico, o jornalero. Quienes aspiraban a cargos en las elecciones no podían ser menores de 25 años, y debían además de las mismas condiciones de sus electores, saber leer y escribir. Así se buscaba asegurar el voto libre, bajo la premisa de que cada elector tuviese independencia económica y conocimiento académico.

Así nació nuestro sistema electoral. Con el paso de los años, la lucha política por el poder y las reformas sociales aumentaron el universo de votantes. Sobrevino el sufragio universal masculino (1853). El sufragio femenino (1957, hace tan solo 53 años). La elección directa de Presidente de la Republica (1910), la elección popular de los Alcaldes y Gobernadores (1986) y el cambio de las papeletas por los tarjetones en búsqueda del voto libre y secreto. Hitos que han marcado nuestra maltrecha y movida historia electoral.

El nuestro ha sido un sistema electoral ganado a gota de sudor y sangre. Y cada logro tiene el peso de la lucha de cientos de colombianos y colombianas que han reclamado y han hecho valer sus derechos. Hoy, 200 años después, ante la crisis electoral desembocada por un mal manejo de los recursos tanto logísticos, financieros como el “acerbo” tecnológico que se había ganado durante cerca de 20 años, la institucionalidad debe reaccionar y retomar el rumbo del compromiso de asegurar que las elecciones las gane quien más votos obtenga. Y no quienes tengan la capacidad de hacer más trampa asesorados por gente corrupta y dinero de dudosa procedencia.

juancramon@gmail.com

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