miércoles, 12 de enero de 2011

La culpa tampoco es de Dios…


La culpa tampoco es de Dios…

Juan Carlos Ramón Rueda
Publicado en www.diariodelhuila.com el 13 de enero de 2011

La discrepancia de ideas entre Alejandro Gaviria y William Ospina, dos reconocidos columnistas colombianos, sobre quien tiene la culpa de los daños causados por la ola invernal en Colombia, deja entrever como estamos de disparatados en nuestros conceptos y a la vez cuan rica y provechosa es la posibilidad de agarrarnos a discutir con palabras y no armados con un fusil AK-47 y salir abrazados como un par de comadres.
La idea fundamental de Gaviria consiste en que la culpa la tiene la Naturaleza. Es decir, Dios. En un concepto muy conservador asegura que la mano del hombre nada tiene que ver con el asunto y que se trata de una oleada desaforada de aguaceros torrenciales, históricamente justificables, como suelen ocurrir en los miles de millones de años de historia del planeta y punto. Por su parte, Ospina en un concepto más liberal en su esencia, deja entrever que en el desafuero de la naturaleza existe un grado de culpa del hombre, quien a través de los malos gobiernos, la mala técnica en el manejo de los recursos naturales y la arrogancia del ser humano, ha ido destruyendo el equilibrio del medio ambiente, influyendo en los resultados trágicos que tienen a la nación desolada tras las inundaciones y gran tragedia de miles de compatriotas.
La atribución de conservador o liberal de los conceptos citados no la utilizo para referirme maliciosamente a temas partidistas o políticos. Nada que ver. Lo hago en la esencia de la idea que cada una de estas tendencias de pensamiento representa en su más profundo concepto. Y me parece que en ambos casos se equivocan los dos excelsos columnistas. Indiscutible que la mano del hombre ha modificado las tendencias naturales del medio ambiente. Pero me parece inapropiado echarles la culpa de todos los males solamente a los gobiernos. Peor que estos son los electores que son los que los designan. Los gobiernos hacen lo que saben hacer y para lo cual están hechos. Dominar las vidas de sus subordinados, malgastar los recursos y ejercer toda clase de perversidades para satisfacer la arrogancia y desafueros que su incompetencia y mediocridad les permite en medio de tanta fanfarria y lambonería ridícula en clubes sociales.
De otro lado, ¿para qué echarle la culpa a Dios? El man dormita tranquilo en grandes palacios llamados iglesias, construidos entre las casas de los miserables. Además al final siempre el señor que todo lo puede terminará en los sermones siendo el gran victorioso de la jornada en razón a que la inundación acabará siendo una deuda pendiente que le teníamos por pecadores e injustos…
La discusión me recuerda una frase que utilizó el premio nobel Gabriel García Márquez al señalar a la mujer como la señalada para salvar al planeta de 10 mil años de hegemonía masculina y destrucción del medio ambiente: “…La humanidad está condenada a desaparecer en el siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo, por su incapacidad de sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética…”
En Neiva ya conocimos el gobierno de Cielo González Villa. ¿Usted qué opina?
juancramon@gmail.com

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